A bocados

¿Quién no ha saboreado el placer de una porción de algo? De membrillo, de chocolate en forma de bombón, de naranja convertida en gajos, de queso... Cada uno de esos momentos ha sido una porción de vida, centrado en el paladar, la textura y el deseo de que no termine... Porque así se nos presenta la vida, en porciones, formando un gran queso donde podemos encontrar desde gusanos hasta agujeros, pero también ternura y sabor; y donde hay que tener mucho cuajo para no darle un mordisco y comérselo a bocados.

domingo, 31 de octubre de 2010

Ojos ilegales

Con las manos abarcando todo el rostro, sus mejillas se empapaban con gotas despistadas que resbalaban desde el párpado inferior hasta la mandíbula. Pequeños espasmos hacían que las restregara involuntariamente. Pero al cabo de un rato, y para su sorpresa, se sentía mucho mejor. Era alivio. Notó el aire en la frente al bajar las manos y le gustó. Abrió los ojos, aún escocidos, y parpadeó varias veces antes de enfocar. Ese berrinche había anulado toda la congoja. Le cambió el punto de vista. Estaba abrumada y reconfortada. Sonrió de medio lado. Tomó aire. Lo contuvo. Repasó la idea y visualizó aquellos ojos ilegales. Soltó el aire. Ahora estaba convencida; era mucho mejor arrepentirse de hacer algo, que mirar hacia atrás, con la perspectiva de los años ya pasados y al recordar que no se hizo, percatarse de que ya no será posible.