A bocados

¿Quién no ha saboreado el placer de una porción de algo? De membrillo, de chocolate en forma de bombón, de naranja convertida en gajos, de queso... Cada uno de esos momentos ha sido una porción de vida, centrado en el paladar, la textura y el deseo de que no termine... Porque así se nos presenta la vida, en porciones, formando un gran queso donde podemos encontrar desde gusanos hasta agujeros, pero también ternura y sabor; y donde hay que tener mucho cuajo para no darle un mordisco y comérselo a bocados.

sábado, 28 de enero de 2012

My Everything

Oigo esa voz que me llama, me cautiva y arrastra mis pensamientos. Susurra pero penetra, porque vibra y me torna trémula. Grave, casi de ultratumba, por lo profunda, me envuelve, acaricia. Nobody but you, me dice. El vello de punta y cierro los ojos. Y tú, Barry, nobody but you puede tener esa voz. Se posa en mi piel antes de entrar en mis oídos, la siento en mi torso, estimula mis manos –ellas actúan por su cuenta–. Just you and me, dice ahora. Quiero mantener esa voz sin rostro, una voz que asigno al cuerpo masculino que se me antoje. A unos ojos caprichosos, hechos de miel, a unos labios de espíritu expedicionario que me encuentren aun cuando no los haya buscado, a unas manos, también autónomas, que esculpan mi silueta desnuda.

Nada más sexy que una voz cálida, tan grave que haga vibrar al mismísimo cuello del que sale, que tenga cuerpo, incluso espesor, de tal manera que la notes en tu propia piel y te haga sentir generosa de besos y sexo.