A bocados
sábado, 10 de diciembre de 2011
Carrera de obstáculos con cesta navideña
lunes, 28 de noviembre de 2011
La penitenciaría de ideas
martes, 22 de noviembre de 2011
De camino a la penitenciaría de ideas
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Musicoterapia on the way
domingo, 6 de noviembre de 2011
Te detesto
domingo, 2 de octubre de 2011
So long
So long since you held me in your arms.
So long since I looked at myself
In the mirror of your eyes,
That I can't deny I will love you
For the rest of my life.
Migueles
martes, 27 de septiembre de 2011
Carrillos incandescentes
sábado, 17 de septiembre de 2011
Alive or living?
jueves, 15 de septiembre de 2011
Otoño despistado
martes, 13 de septiembre de 2011
Lucas
lunes, 5 de septiembre de 2011
Repentino septiembre
martes, 30 de agosto de 2011
¿Dónde habré puesto las llaves?
viernes, 5 de agosto de 2011
Ganaos el sueldo
Menos mal que no te creí. Dijiste que habíamos tocado fondo, así que con los años la cosa iría a mejor, y yo insistí en que no, que aunque no era capaz de explicarlo sí que visualizaba en mi mente que donde tú veías soluciones y mejoras no había más que declive. Y no dudo que le pusieras empeño, hiciste los deberes que te puso Europa, pero la caída no podía pararse en seco.
Pues aquí estamos, con todo patas arriba. Si ya lo decía yo, que no hacía falta ser economista para saber que lo peor estaba por venir. A ver cómo le digo yo a mis hijos ahora que estudien y se formen, que así tendrán mejores y más oportunidades laborales. ¿Con qué cara me planto y les digo que mira qué bien me fue a mí por estudiar una licenciatura y un posgrado compaginándolo con trabajos variopintos, detestables y a jornada completa, si supero el mileurismo gracias a las pagas prorrateadas? ¿Y cómo les meto en la cabeza que cuantos más idiomas sepan, mejor? ¡Que aquí se sobrevive con un precario castellano! Por no hablar de invitarles a independizarse… Pues eso, que como no quiero que me vacilen, he optado por no traer más parados al mundo.
No sé dónde viviré cuando me jubile. Hablo de retirarse del mundo laboral porque llegará un día en que los huesos no me sigan el ritmo. Mira, lo mismo para entonces se crean centros de realojo para mayores desahuciados. Jugaremos a la petanca con papel de aluminio arrugado. Por supuesto, lo habremos robado de la cocina del centro.
Trataré, mientras tanto, de conservar el trabajo que aún tengo –mil gracias– y el pescuezo, que los de arriba nos lo tienen debajo del pie más que nunca, dadas las circunstancias.
Que sí, que sí, que son ciclos, pero digamos que este será más largo y duro de superar de lo que pensabais (permíteme que ahora me dirija a tu grupo también), porque vosotros estáis tan lejos de nosotros que no tenéis ni la más remota idea de lo que está suponiendo esto. Miráis datos sin saber lo que significan en la vida real, así que hemos tenido que salir a la calle a decíroslo y nos habéis corrido a porrazos. No os equivoquéis, que la habéis liado vosotros.
No podéis girar la cabeza hacia otro lado. Toda una población es vuestra responsabilidad y con ese concepto cobráis a fin de mes. Y gracias a eso seguiréis cobrando el resto de vuestras vidas, sin haber cotizado antes una cantidad determinada, sin pedir prórrogas, sin necesidad de llegar a los 67. Lo menos que podéis hacer es ganaros el sueldo que os pagamos. Es vuestro trabajo.
Espero que no podáis dormir tranquilos ni una sola de las noches de vuestra vida.
lunes, 1 de agosto de 2011
Liliputienses en Moscú
Un día agotador. Madrugón, tensión aerofóbica por duplicado debido a la escala en Hungría, recorrido en tren, otro en metro, paseo con el rumbo equivocado, nuevo paseo en metro, llegada al hotel, viaje al pasado en ascensor, reparto de habitaciones, limpieza de la bolsa de aseo en la que reventó un bote de crema, no hay tiempo para ducharse, nuevo paseo, gente bebiendo por la calle, es tarde, hay mucha gente por la calle para la hora que es, el paseo sigue, nos vamos acercando, sabemos que no queda nada, que al girar podemos encontrarla, alargamos los pescuezos para que la vista alcance antes que nuestros pies lo que estamos buscando y objetivo cumplido, allí estaba, amplia, infinita, envolvente, misteriosa, la plaza Roja, con su guinda de cuento de hadas, sacada de una bola de cristal de una tienda de recuerdos, majestuosa, intensamente colorida, emulando una tarta de chucherías gigante, daban ganas de lamerla, de arrancarle un trocito y echarlo a la boca (estoy segura de que sabe a algodón de azúcar), la catedral de San Basilio. Me sentí liliputiense. Una belleza estremecedora. No hubo una sola noche que no volviéramos a verla, a recorrer los setecientos metros de largo y los ciento treinta de ancho que ese nicho de arquitectura nos otorgaba. Ahí permanecíamos, cuatro adultos que aún conservaban el espíritu impresionable de un niño, en fila frente a ella, sin articular palabra (no hacía falta pedir silencio) durante unos instantes, hasta que sentenciábamos al unísono: es espectacular, no me cansaría de mirarla. Después, volviendo sobre los pasos andados por esos noventa y un mil metros cuadrados de adoquines, reflexionábamos, bajo la mirada ya inerte de Lenin, y nos aturdían preguntas sin respuesta que adivinábamos en los ojos de los lugareños, gente aplastada por la conformidad impuesta. El cansancio de nuestros pies se desvanecía de un plumazo.
sábado, 21 de mayo de 2011
People in Europe, rise up!
Mientras espero que se caliente el agua en la que se disolverá mi tercer té del día (cuarta dosis de cafeína), pienso y observo, pero también observo y pienso, en Sol. En lo que allí se cuece. En lo que se cocía para que se levantara el pueblo. En la última vez que el pueblo se levantó con un trasfondo político y se unió en un menester de tal repercusión. Y tengo que remontarme muchos, muchísimos años. Y veo que las cosas han cambiado. Ya no son los de este lado frente a los del otro. Son el pueblo entero, de este lado o de otro, dando un puñetazo en la mesa. Es como la primera vez que dices que no a tus padres a algo. Me refiero a la primera vez que lo haces sobre algo de gran importancia.
- Me voy de casa. He pensado irme a estudiar a otro país.
- Pero estás mejor aquí.
- NO.
Y se crea un silencio. Un periodo de letargo en el que estás pendiente de lo que pueda pasar. Porque sabes que será gordo, pero no sabes si será bueno o malo. Ni si te arrepentirás o lo celebrarás. Pero tenías que hacerlo. Y así, marcaste un antes y un después.
Yo creo que eso está pansando en Sol, y los políticos no se enteran.
- Unos: Protestan contra el gobierno actual.
- Otros: Anda, si esto es como cuando protestábamos nosotros.
¡QUE NO! ¡QUE ESTO VA CONTRA TODOS VOSOTROS! ¡TODOS! ¡BANCOS, VOSOTROS TAMBIÉN!
Somos la juventud sin trabajo, sin vivienda y sin jubilación. Y ojo, que en juventud entran treintañeros.
Se os ha ido de las manos. Pero no lo pagáis vosotros. Nosotros no tenemos margen de error.
Habéis seguido practicando el borreguismo, pero ahora tenemos la oportunidad de la información y de la reflexión, del conocimiento y la serenidad.
Y lo mejor es que no tenéis motivos para atacarnos. Os ha pillado de sorpresa y no sabéis cómo reaccionar.
Y esto no es una pataleta, como creéis. Esto es hartura. Esto es posicionamiento. Esto es un basta. Es un grito sordo. Una llamada de atención. Un preámbulo. Un hasta aquí hemos llegado.
Con la diversidad en la que vivimos, ver que todos estamos unidos y no es Nochevieja, es verdaderamente emocionante y alentador.
Me voy a Sol. El kilómetro cero. Punto de partida.
sábado, 23 de abril de 2011
Compañero de sábanas
Los hay que solo se acuerdan de ti en días como hoy. Los hay que ni en días como hoy nos olvidamos de que existes. Los hay que te añoran y ni siquiera te han tenido nunca entre sus manos. Los hay que te coleccionan y dejan asentarse el polvo en tus cantos, y te acumulan y empacan para recluirte en algún trastero, al lado de la humedad y lejos de la puerta o de la vista. Los hay que te crean con una firmeza, imaginación y maestría implacables. Los hay que te ignoran. También los hay que no saben usarte; muchos de esos son también de los que te añoran.
He conocido a muchos de tu especie. Seductores natos. Empiezan con palabras atractivas, hiladas por comas, puntos, rayas de diálogo; se van entrelazando las ideas, unas inducidas, otras imaginadas. Y unas páginas más tarde, te tiene, ha salido bien parado de la primera cita. No dudas acudir a la siguiente, y a medida que se suceden, cada vez te sientes más cómoda con su tacto, tus manos se deslizan por el lomo, lo acarician y te lo llevas cada noche a la cama. Crees todas y cada una de las palabras que te dice sin levantar los ojos de él, y paseas tu mirada con tal atención que todo lo que os rodea queda anulado. No hay estímulos externos. El tiempo se ha parado.
Piensas todo el día en él. Conoces a tanta gente y vives tantas experiencias a su lado, que no estás sino deseando que llegue de nuevo la noche para compartir sábanas, insomnio y velas. Entras en un círculo de dependencia, puedes sentir su espera. Y así, se te va la vida.
Pero llega su fin y aferrándote a su compañía, pasas la última página, en blanco, en busca de algunas letras más. No hay nada. Pero te sonríes, lo acaricias por última vez y lo ciñes a tu pecho, rememorando de golpe todo aquello que te ha contado. Te ha dejado buen sabor de boca, así que no te costará sustituirlo por otro. Serán muchos los que pasen por tus manos cada noche. Ni uno solo te pedirá explicaciones.
domingo, 3 de abril de 2011
No muse
Noche infinita
Enséñame la carita, que quiero verte los ojos.
Enséñame tus ojitos, que quiero ver tu mirada.
Enséñame tu mirada, que solo veo la noche infinita.
Por respuesta, me regalas un paseo
lleno de andares resueltos
y rastros encriptados.
Das una vuelta, y luego otra,
para echar carreras me provocas,
y de nuevo un rastreo te ha eclipsado.
Llego a casa y te despierto,
traerte aquí fue un acierto,
pienso cuando me das un abrazo.
Te cepillo el pelo, puro algodón,
permisivo e impaciente te conviertes en pompón,
lo sabes, te crees el más guapo.
Deja que te dé un baño,
te encanta, en la piscina contigo nado,
de nuevo me haces ver que estás siempre a mi lado.
Estoy durmiendo y te oigo llegar,
no me muevo, dejo de respirar,
tus bigotes me han encontrado.
Me proteges, me añoras, en mí confías
a todas horas, antes de que sepa, tú ya sabías
que hay muchas formas de ver, y me lo has demostrado.
Enséñame la carita, que quiero verte los ojos.
Enséñame tus ojitos, que quiero ver tu mirada.
Enséñame tu mirada, que solo veo la noche infinita.sábado, 19 de febrero de 2011
Conclusiones
Con el pecho encogido, las ganas de llorar, la sensación de ahogo, de desesperación, de añoranza, muerta de cariño, con una nube de polvo en la mente y arrugas en la frente, los ojos aturdidos, sudorosa, el alma en vilo y el corazón dividido, con la vida por detrás y por delante, con la vida presente y la que pudo haber sido y no fue -qué cruel-, con la idea de pérdida y vacío, de dolor ajeno o propio, ¿esto o lo otro?, ¿ahora o luego?, con las uñas quebradizas asiéndose a un muro hecho de nube y lágrimas que todo lo cubren, con los párpados a rastras y el bombeo acelerado de sus venas, con la nada como compañera y la dicha ya nublada; se dio cuenta de todo y se arrodilló, asustada.
viernes, 28 de enero de 2011
Ya estoy en casa
- ¿Hola? ¿Hay alguien?