A bocados

¿Quién no ha saboreado el placer de una porción de algo? De membrillo, de chocolate en forma de bombón, de naranja convertida en gajos, de queso... Cada uno de esos momentos ha sido una porción de vida, centrado en el paladar, la textura y el deseo de que no termine... Porque así se nos presenta la vida, en porciones, formando un gran queso donde podemos encontrar desde gusanos hasta agujeros, pero también ternura y sabor; y donde hay que tener mucho cuajo para no darle un mordisco y comérselo a bocados.

domingo, 3 de abril de 2011

Noche infinita

Enséñame la carita, que quiero verte los ojos.

Enséñame tus ojitos, que quiero ver tu mirada.

Enséñame tu mirada, que solo veo la noche infinita.


Por respuesta, me regalas un paseo

lleno de andares resueltos

y rastros encriptados.


Das una vuelta, y luego otra,

para echar carreras me provocas,

y de nuevo un rastreo te ha eclipsado.


Llego a casa y te despierto,

traerte aquí fue un acierto,

pienso cuando me das un abrazo.


Te cepillo el pelo, puro algodón,

permisivo e impaciente te conviertes en pompón,

lo sabes, te crees el más guapo.


Deja que te dé un baño,

te encanta, en la piscina contigo nado,

de nuevo me haces ver que estás siempre a mi lado.


Estoy durmiendo y te oigo llegar,

no me muevo, dejo de respirar,

tus bigotes me han encontrado.


Me proteges, me añoras, en mí confías

a todas horas, antes de que sepa, tú ya sabías

que hay muchas formas de ver, y me lo has demostrado.


Enséñame la carita, que quiero verte los ojos.

Enséñame tus ojitos, que quiero ver tu mirada.

Enséñame tu mirada, que solo veo la noche infinita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario