A bocados

¿Quién no ha saboreado el placer de una porción de algo? De membrillo, de chocolate en forma de bombón, de naranja convertida en gajos, de queso... Cada uno de esos momentos ha sido una porción de vida, centrado en el paladar, la textura y el deseo de que no termine... Porque así se nos presenta la vida, en porciones, formando un gran queso donde podemos encontrar desde gusanos hasta agujeros, pero también ternura y sabor; y donde hay que tener mucho cuajo para no darle un mordisco y comérselo a bocados.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Repentino septiembre

Ni se le había pasado por la cabeza que el día estaba tan cerca. Sabía que llegaría, y sabía cuál era la fecha exacta, pero ni por asomo pensó que llegaría así, de sopetón. Vuelta al encierro, al ventanal delator del buen tiempo, a la repetida visita ocular al reloj; vuelta a la detestada jornada completa. Se acabaron las tardes multitarea, desde ya debería decidir el sacrificio de todas menos una, cada día, cada uno de esos días en los que de ahora en adelante, la noche llegaría con más y más antelación, inmisericorde. Y eso que su compañero de sábanas más reciente, La tregua, de Benedetti, ya le había puesto en preaviso. Pero septiembre llegó invadiéndolo todo y emborronando los horarios. No le preocupaba, la venganza es un plato que se sirve frío.

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